La cruz de tu pecho es tan azul y fría como la mística de tus jugadores dentro del terreno de juego. Vaya, ahora hasta Tomás Boy lleva ese carácter gélido y helado cuando ‘el Jefe’ se había caracterizado por tener la sangre caliente.
La inercia de tu frialdad va contagiando a más de uno, y es impensable hasta dónde puede llegar tu límite. Sí, Cruz Azul. Tú no tienes límite alguno que te impida caer más bajo de lo que ya has caído.
Entonces, me pregunto: ¿y ahora qué?
Parece que te empeñas en pisotear tu historia una y otra y otra vez. Marín, Bustos, Muciño, Cárdenas y compañía deben estar retorciéndose en el más allá de ver tus actuaciones de estos últimos tiempos.
Nunca hubieran llegado a pensar que cargarían una cruz, de color azul, tan grande.
Tú no vas a medias, vas en serio esta vez. Antes llegabas a las liguillas. Después llegabas a las finales y, aunque las perdías, luchabas por estar en los primeros planos y al menos ilusionabas a tu pueblo con acabar tu sequía de títulos.
Ahora ya ni el segundo, ni el tercero, ni ningún buen lugar te importan. Cumpliste tu cuarto torneo sin clasificar a la Liguilla y comenzarás el Apertura 2016 en el lugar 13, mirando a la parte baja de la tabla.
Si supiera que el descender te haría recuperar tu brillo, yo, junto a todos tus otros aficionados, firmaría un papel para verte en la Liga de Ascenso. No obstante, tengo miedo de que llegues a la final… Y la pierdas.
¿Qué más quieres que te escriba?
Me has hecho enojar, entristecerme, adorarte, ignorarte y maldecirte. Pero ahora ya ni me importa, porque tengo la certeza de que me sorprenderás, una vez más, con algo peor.
Tal vez otro aficionado celeste lea estas líneas y me tache de ‘seguidor oportunista o temporal’. Pero, se supone debemos estar con nuestro equipo en las buenas y en las malas.
¿Y tú cuando me has dado algo bueno, Cruz Azul?
Nunca te he visto campeón de Liga. Te he visto campeón de Copas y eso porque los otros equipos perdieron su oportunidad de derrotarte en el último minuto, como siempre todos lo hacen.
En el 97 llegaste a ocho títulos, y en ese entonces las Chivas ya tenían 10, el América tenía ocho, los Pumas tenían tres, Toluca dos y Santos y Pachuca no tenían estrellas en su escudo.
Ahora ya ni escribo cuantos campeonatos han ganado todos esos clubes porque me pongo a pensar en las miserias que tú nos entregas a cambio.
Es más: te perdonaría si viera que tus jugadores se mueren en la cancha y sudan hasta la última gota esa camiseta, que muchos aficionados portarían con mayor orgullo y mejor dignidad, pero se que eso no va a pasar. Sí en el dicho, pero no en el hecho.
Cruz Azul. Tú fuiste un niño brillante, un adolescente bueno y rebelde y terminaste convirtiéndote en un adulto apático… y vas a buen paso para llegar a ser un anciano para el que la gloria y grandeza solo estén en los recuerdos de su cabeza.
18 años y contando… y yo, tu aficionado, no pienso seguir aguantándote otros 18 más.
Jesús Hernández
@JessHernndez19