Desde su llegada a la dirección técnica de la Selección Mexicana, Javier Aguirre dejó en claro su principal objetivo: recuperar el compromiso de los futbolistas por representar al Tricolor. Ocho meses después, el estratega ha notado una mejora en la actitud de los jugadores y asegura que no permitirá condiciones ni privilegios especiales. En conferencia de prensa, fue contundente al reiterar su posicionamiento: «No es obligación venir, debe ser un orgullo, así seas el goleador histórico, no me importa».

El técnico enfatizó que la disciplina y profesionalismo son clave tanto dentro como fuera de la cancha. Señaló que en anteriores etapas algunos jugadores pedían privilegios, como cambios en los vuelos o permisos especiales, lo que ha disminuido notablemente en la actualidad: «Lo veo en la actitud, no te piden cosas especiales, visitar familia, llegar después, inventarse pretextos, perdí el avión… Ahí lo he notado».

Asimismo, destacó la presencia de Rafael Márquez en el equipo, asegurando que juntos buscan transmitir el respeto que ambos han ganado a lo largo de sus carreras: «Rafa y yo hemos estado en un montón de lugares y nos ven con respeto. Hemos sacrificado muchas cosas, no sé si somos ejemplos, pero nuestra voz está para que nos sigan y nos respetan», afirmó el entrenador.

Aguirre adelantó que ya tiene a ocho jugadores considerados fijos para el Mundial de 2026, aunque evitó dar nombres y aseguró que la competencia sigue abierta. Aunado a ello, aseguró que hay futbolistas interesados en formar parte del equipo, lo que indica un cambio de mentalidad respecto a procesos anteriores: «En 2009 y 2021 mi sensación era que algunos no querían venir, eso me parecía lamentable. Estamos recuperando ese deseo de representar a México».

Con un discurso frontal y una visión clara, Javier Aguirre busca consolidar un equipo unido y comprometido con miras a un exitoso Mundial 2026.