La FIFA se prepara para anunciar las sedes de los Mundiales de 2030 y 2034 el próximo 11 de diciembre, y todo apunta a que Arabia Saudita será confirmada como anfitriona de la Copa del Mundo 2034. Sin embargo, llevar el torneo al desierto saudí plantea retos similares a los enfrentados en Qatar, particularmente en cuanto al clima extremo y los ajustes necesarios en el calendario futbolístico mundial.
Las temperaturas en Arabia Saudita durante el verano superan los 40 grados centígrados, haciendo inviable jugar durante los meses habituales. Por esta razón, la FIFA evalúa mover la competencia al invierno, como ocurrió en Qatar. Una de las propuestas es que el Mundial 2034 se juegue en enero y febrero, una decisión que evitaría interferir con el Ramadán, que será en marzo-abril de ese año. Sin embargo, estas fechas chocan con el calendario de ligas importantes como la Premier League, que concentra numerosos partidos entre diciembre y febrero.
El anuncio del 11 de diciembre no solo confirmará a Arabia Saudita como sede de 2034, sino también el modelo multinacional para el Mundial 2030. Este torneo se jugará en España, Portugal y Marruecos como principales anfitriones, con partidos inaugurales en Uruguay, Argentina y Paraguay para conmemorar el centenario de la primera Copa del Mundo en 1930.
El Mundial 2034 promete ser otro desafío logístico y organizativo para la FIFA, con Arabia Saudita enfrentando críticas y desafíos climáticos. Si se confirma la propuesta de jugar en enero y febrero, el fútbol mundial podría experimentar otra transformación importante en su calendario, adaptándose una vez más a las exigencias de un escenario global complejo.