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Difícil resulta analizar un partido de futbol cuando no hubo futbol. Si, León y Pachuca están en la antesala de iniciar un nuevo torneo, porque la Liguilla es eso, un nuevo torneo en el que se juegan 180 minutos de alta intensidad y concentración para acceder a la siguiente ronda, y es que luego de la exhibición que nos dieron esmeraldas y tuzos el sábado pasado, podría llegarse a pensar que hasta contraproducente puede resultar para ambos equipos un resultado como estos(0-0), específicamente para los dirigidos por Luis Fernando Tena, quien muchas veces piensa más en la estadística que en la tribuna y que desde mi criterio personal; el último juego en casa lo pudo ocupar para calentar a la afición de cara a una fase final que prácticamente estaba asegurada, dejando al equipo más suelto por las bandas y con variantes de características más explosivas y no tan posesivas en cuanto al manejo de la bola se refiere.

Lo más rescatable del encuentro es un León equilibrado que sabemos nunca o difícilmente ganará un partido por goleada, se repliega muy bien y ataca cuando hay que hacerlo, es muy equilibrado, demasiado diría yo, las subidas de Elías desbordando y llegando a línea de fondo son muy interesantes, incluso han rendido frutos en la pre lista de la selección de Juan Carlos Osorio para la próxima Copa América.

Por  otro lado los 2 escudos del centro entre Vázquez y Rocha se ven estables, Aldo ha crecido una barbaridad y se ve seguro jugando de primera intensión, recuperando y distribuyendo juego. Quizá la desventaja venga un poco de los centrales, si bien son experimentados y corpulentos, hubo momentos del partido en donde los rápidos y jóvenes atacantes tuzos los superaron con facilidad. Esperamos otra cara de la Fiera para la liguilla, una cara que demuestre lo que el León ha significado estos últimos años para el futbol mexicano, esa que lo expone como el único e indiscutible rey de la selva.

 

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