Ya lo dijo Javier Torrente, “Que bueno que mi primera derrota llegó calificando”. Como él lo ha mencionado, está acostumbrado a jugar idas y vueltas, partidos de 180 minutos y eliminatorias como las de la Copa Libertadores.

El principal enemigo de León, es el León mismo, su bipolaridad de visitante y de local no es algo nuevo, y eso le puede costar caro a tan sólo dos juegos de una Final. En Tijuana dejó de generar futbol al enfrentar a Xolos, por mas de 70 minutos del encuentro tuvo en riesgo la eliminatoria; careció de desbordes, claridad y concentración, se notaban sobrados y faltos de ritmo, de igual forma preocupa la probable baja de Mejía que se ha convertido en  una pieza medular del accionar del cuadro Esmeralda.

León exhibió sus debilidades cuando Tijuana lo apretó en la salida, le costó mucho trabajo, los centrales y la zona baja de la Fiera es fuerte, de experiencia y muy bien ubicada, además de contar  con gran juego aéreo; pero por abajo cuando los desbordan con balón controlado les cuesta una enormidad. Quien diría que la claridad y serenidad llegaría del banco, al entrar Moralez le dio pausa y precisión, se dio ese tiempo antes del último toque para que así llegara el centro que remataría Mauro Boselli y ponerlos nuevamente arriba en el marcador.

Rescatando medio torneo el conjunto del bajío ha llegado muy lejos, quizá más de lo que ellos mismos esperaban y no por la falta de calidad del plantel sino por el pésimo arranque de torneo que tuvieron de la mano del Luis Fernando Tena. No creo que la afición y jugadores se conformen con permanecer entre los mejores 4 de la campaña, ya estando ahí, van por el título, eso lo sabe Torrente y el grupo, pero también deben de ser conscientes que los partidos son de 180 minutos y poner algo más que futbol en los juegos de visitante, sabemos que de local no perderán, pero visitando deben de ofender y buscar ganar como si cada partido fuera una final, porque en la liguilla para salir Campeón esta prohibida la bipolaridad.

macip lobato carlos

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