Nacida en el municipio de Dois Riachos (Brasil), Marta creció jugando fútbol a pesar de las prohibiciones y estereotipos que la intentaban detener por ser mujer. A los catorce años, emprendió un considerable recorrido hacia Río de Janeiro para probarse con la femenil de Vasco de Gama, donde tras presenciar su talento, le ofrecieron de inmediato un contrato. A lo largo de su trayectoria profesional, tuvo participación en diversos clubes de Brasil, Estados Unidos y Suecia, siendo estos últimos los que le permitieron generar una proyección más internacional de su fútbol.

Aunque con la mayoría de sus equipos obtuvo títulos nacionales, al contrario de lo que sucede con muchos jugadores, la magia de Marta se vivió mayormente en sus participaciones con Selección Nacional. En este sentido, sumó minutos y reconocimientos en cinco Mundiales, seis Juegos Olímpicos con tres medallas de plata, dos Juegos Panamericanos con dos medallas de Oro y tres títulos de Copa América. De manera individual, fue galardonada en cinco ocasiones como Jugadora Mundial de la FIFA, un Balón de Oro y un Trofeo Marta, nombrado así en honor a ella misma.

En la actualidad, Marta es reconocida como una de las máximas pioneras del fútbol femenil latinoamericano, demostrando en cada ocasión que las mujeres también merecen tener la oportunidad de usar un dorsal tan icónico como el 10. Pues a pesar de enfrentarse ante adversidades más allá de las comunes en el fútbol como los obstáculos por motivos de género, la brasileña logró consolidarse dentro de las mejores futbolistas del mundo por su magnífica técnica y pasión por el balón.