Proveniente del barrio de Villa Fiorito, la personalidad única de Diego le llevó a convertirse desde joven en el líder de “los Cebollitas”, equipo filial de Argentinos Juniors. No tardaría en conseguir su debut en Primera División, al igual que su primera convocatoria nacional. En 1982 jugó su primer Mundial en España, y aunque el resultado general no fue el esperado, su participación llamó la atención del gran club Barcelona, convirtiéndose en su fichaje más caro de la época.

Posteriormente pasó al Napoli, equipo con el que el reconocimiento al argentino fue más allá de lo futbolístico, ganándose el cariño de toda Italia. A pesar de que las diferencias técnicas lo mantuvieron fuera de la selección durante unos años, en 1986 Maradona regresó recargado al Mundial en México, protagonizando un partido contra Inglaterra que pasaría a la historia con dos de sus anotaciones más icónicas: “la mano de dios” y “el gol del siglo”. Esa edición el futbolista alzó con su equipo la Copa del Mundo.

Aunque en los años siguientes Diego tuvo una serie de polémicas personales y deportivas, en 1994 fue convocado nuevamente para disputar el Mundial de Estados Unidos. Aclamado por la afición, Maradona contribuyó a la clasificación de Argentina y a una última asistencia contra Nigeria antes de ser suspendido por la FIFA. En 2001 regresó a las canchas para un especial partido de despedida en la Bombonera.
Recordado y reconocido como el mejor futbolista del siglo XX, el Pibe de Oro representa hasta hoy en día el 10 más icónico en la historia moderna. Con una particular habilidad, versatilidad y alegría dentro del campo, no existe futbolista actual capaz de compararse al D10S argentino.