Sí, llegó el día, el día tan anhelado por la afición ‘celeste’, el día con el que soñaban generaciones enteras, el día en que el Cruz Azul volvió a ser el campeón del futbol mexicano.

Porque ayer tus aficionados no lloraban de tristeza, porque se marcharon los fantasmas que no te permitían ser campeón, porque el Azteca fue, nuevamente, testigo de tus grandes hazañas, porque sí, tenía que estar en el banquillo alguien que ‘sintiera’ tu escudo y que supiera lo que es ser campeón defendiendo tus colores.

23 años, sí, 23 años sin ser el monarca de nuestro futbol, 23 años en donde el amor a tus colores se fueron transmitiendo de generación en generación, y que, al contrario de lo que muchos piensan, el amor de tus aficionados seguía creciendo.

Festeja tú, que nunca abandonaste ‘la máquina’, tú, que soportaste años y años de burlas, tú, que viste a tu equipo quedar en la línea y que año tras año se consumaba un nuevo fracaso, tú, que nunca dejaste de creer que «este es el bueno». Porque sabías que iba a llegar, no sabías la fecha exacta, pero sabías que llegaría.

Cruz Azul, felicidades, no solo por tu gran triunfo de ayer, sino por nunca darte por vencido, por siempre ser un protagonista de nuestra liga, por siempre ilusionar a tus aficionados en cada torneo, por nunca desistir, por saber levantarte de golpes tan duros que el futbol les dio.

Porque es imposible olvidar tus dos finales perdidas contra el América, o el polémico arbitraje contra Toluca, el gol de Ludueña, la voltereta de Monterrey en el estadio Azul… no olviden eso ‘cementeros’, porque esas caídas hoy, ya no duelen más.

Cruz Azul, un amor incomprensible, un amor que lastima, un amor que hace sufrir, pero un amor nunca se olvida y menos se abandona, esta vez nadie puede argumentar algo en tu contra, por esta ocasión, haz callado muchas bocas.

Porque la noche de ayer fue mágica y todo culminó con este hermosa postal.

A la afición…


¡Felicidades! en nombre de todos los que disfrutamos de este hermoso deporte, porque se vale llorar de alegría, porque por fin dieron ese ‘abrazo de gol’ que tanto habían deseado dar.

Aguantar tanto sufrimiento no es fácil sin dar un paso al costado, por eso ustedes más que nadie merecían una alegría de este tamaño, merecían festejar con los suyos.

Porque muchos aficionados partieron de este mundo con la ilusión de verte campeón, y ayer les cumpliste, ya no tienes ninguna deuda pendiente.

«El futbol da lecciones de vida, caer no siempre es malo, si te levantas con más ganas de triunfar, sufrir es parte de la vida, pero disfrutar, también lo es».

A toda la afición ‘celeste’ ¡FELICIDADES CAMPEONES!