Formado en las canchas de Tepito, “el hijo del barrio” debutó en el fútbol con el equipo y el número de sus sueños: el 10 del Club América. Portador de una gran habilidad técnica, pronto se convirtió en un jugador indispensable para las Águilas, viviendo en 2005 su mejor temporada al convertirse en campeón del Clausura, además de ganar un Campeón de Campeones y una Copa de Campeones de Concacaf.
Su renombre con el América le permitió llegar desde joven a la Selección Mexicana, donde cosechó logros que incrementaron el cariño no sólo de los azulcrema, sino de aficionados en todo el mundo, tales como el título de la Copa Confederaciones contra el Brasil de Ronaldinho, dos campeonatos de Copa Oro y una magnífica participación en tres Mundiales: Francia 1998, Corea y Japón 2002 y Sudáfrica 2010.
Aunque su paso por Europa fue obstaculizado por una dramática lesión de rodilla, su regreso fue catalogado como «histórico» con un golazo de fantasía contra el Real Madrid. Consolidado a nivel internacional como una amenaza constante para las porterías rivales, con anotaciones de fantasía y una visión espectacular para la entrega de asistencias, el Temo es reconocido hasta hoy en día como el último ídolo del balompié azteca y el máximo 10 mexicano.