El Mundial 2026 ya se empieza a sentir en tierra mexicana. A casi un año y medio del pitazo inicial, México presentó sus tres pósters oficiales como sede del torneo, en lo que es la primera vez que la FIFA lanza una colección visual individual por cada una de las 16 ciudades anfitrionas de esta edición histórica, que reunirá a 48 selecciones en estadios de México, Estados Unidos y Canadá.
Detrás de estas obras está el talento de Mario Cortés, mejor conocido como Cuemanche, artista mexicano que logró capturar el alma de cada ciudad a través de un estilo vibrante, lleno de símbolos, color y carácter. Sus pósters no solo invitan al evento deportivo más grande del mundo, también cuentan historias. El último en revelarse —el 11 de abril— fue el cartel de la Ciudad de México, y no decepcionó. Bajo el lema “Celebra el futbol y el chilango”, la obra reúne íconos que hacen palpitar al corazón del país.



El póster de Guadalajara, revelado previamente, se convierte en una postal viva de la Perla Tapatía. Figuras de mariachis, el Teatro Degollado, calandrias, tequila y la icónica torta ahogada se entrelazan para celebrar una ciudad que ha respirado futbol por generaciones. Guadalajara volverá a ser escenario mundialista, como lo fue en 1970 y 1986, con el orgullo de recibir partidos de fase de grupos, incluyendo uno del Tri.
Monterrey fue la primera en presentar su cartel, y lo hizo con una potente mezcla de identidad industrial y naturaleza. La Sierra Madre Oriental, el Cerro de la Silla, el Parque Fundidora, osos negros y referencias a la flora y vida urbana del norte mexicano componen una imagen poderosa. La FIFA destacó que la capital regiomontana es hogar de dos de las aficiones más apasionadas del país y una cuna del futbol profesional desde 1945.
El arte de Cuemanche ha logrado algo más allá de la estética: ha encendido el entusiasmo, ha reflejado la esencia local y ha demostrado que el futbol, en este rincón del continente, también se juega con pinceles y símbolos. Porque en 2026 no solo se jugará un Mundial… se vivirá una fiesta de culturas, emociones y orgullo. Y México ya puso la mesa.