Tras la salida de Jaime Lozano de la dirección técnica de la selección nacional de México, han surgido una serie de especulaciones en torno a la situación general de la Federación Mexicana de Fútbol y los cambios que se requieren rumbo al Mundial de 2026. No obstante, parece ser que la preocupación del público por tener un DT realmente capaz de guiar a los futbolistas hacia la justa internacional más importante de este deporte, ha sido nuevamente pasada por alto. Pues todo parece apuntar que pese a los antecedentes vinculados a Javier Aguirre Onaindía, él será el elegido para regresar por una tercera ocasión al timón tricolor.
La Selección Nacional estuvo al mando de Aguirre en dos ocasiones previas: el Mundial de 2002 en Corea y Japón, en el cual ingresó como relevo de Enrique ‘Ojitos’ Meza y con una dolorosa eliminación en octavos de final contra Estados Unidos; y en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde nuevamente fuimos eliminados en octavos de final contra Argentina.
Su llegada sucede entre rumores de que la salida de Jaime Lozano se debió a que no aceptó permanecer como auxiliar del mismo Aguirre. Además, de un gran malestar público que se expresa correctamente en la columna escrita por el periodista Daniel Rodríguez: “Selección Mexicana: Javier Aguirre y… a curarse en salud”. De manera resumida, en este escrito se presenta una queja representativa de los fanáticos, en la cual se duda del compromiso de Aguirre con el proyecto debido a comentarios pasados, se critica su conocimiento del fútbol local y se le acusa de ser puesto únicamente como una solución «experimentada» para apagar el fuego mediático, pero sin realmente tener un plan concreto para el Mundial.
«resulta imposible augurarle un cambio de rumbo al futbol nacional, pues mientras siga en manos de empresarios y directivos que entienden mucho de negocios y nada de la pelota, continuarán las ocurrencias que sólo tienen un destino: el fracaso».