Al conjunto catalán no sólo le basta con ganar, sino que también necesita convencer
Mariana González | La Neta Futbolera
Si hay una palabra que encaja a la perfección con la situación actual del Club Barcelona en La Liga, es “incertidumbre”. Y es que a falta de seis jornadas para que finalice la competición, los catalanes ya no sólo dependen de lo que hagan, o dejen de hacer, en el terreno de juego si es que quieren ser campeones, pues estarán a la expectativa de que su máximo rival, el Real Madrid, tenga un tropiezo en el mismo número de partidos, mismo al que dejaron acceder al liderato cuando se inmiscuyeron en una racha negativa de resultados.
Lo anterior parece de lo más común, pues es la eterna pelea de los llamados “grandes”. Sin embargo, el panorama comienza a tornarse más complicado para los dirigidos por Quique Setién, estratega que aceptó tomar las riendas desde el 14 de enero y hasta la fecha suma nueve victorias, dos empates y dos derrotas que, aunque parecen buenos números, el rendimiento de los jugadores en la cancha indica todo lo contrario, al grado de llevarse en más de una ocasión los silbidos de la hinchada.
Si a esto agregamos que los culés quedaron eliminados de la Copa del Rey ante el Athletic y dejaron con vida al Napoli en la Champions League, la misión tanto del técnico como de los jugadores ya no sólo sería sumar victorias, sino que también deben recuperar la confianza de sus seguidores. Pues aunque Setién fue acertado al decir que “hay que respetar a la gente, lo que opine”, debe ser consciente que siempre es mejor cambiar los abucheos por aplausos y no dejarse enredar por aquello de “la necesidad de ganar, carece de estilo”, como lo afirma Jorge Valdano.
Así pues, para el desenlace Barcelona tendrá que quedarse con los tres puntos cuando se enfrente al Atlético de Madrid, Villarreal, Espanyol, Valladolid, Osasuna y en el cierre ante el Alavés, y estar al pendiente de que los de Zidane pierdan puntos en el camino. Esto, si buscan un cierre digno de temporada, pues en lo que respecta a cambios en el plantel aún hay mucho por definir, a pesar de que el primer trueque ya se hizo oficial entre el joven brasileño Arthur Melo (a la Juventus) a cambio de Miralem Pjanić.
Para finalizar, se debe aclarar una pregunta que suele utilizarse como pretexto para colorear una realidad gris: ¿Será que los jugadores regresaron sin ritmo? Tal vez sí, pero esa no es una excusa, porque luego de reanudar el deporte a nivel mundial tras la pandemia, todos los equipos, de cualquier liga, llegaron en las mismas condiciones. Así que para el Barcelona no hay margen de error y tiene la encomienda de cumplir con dos objetivos: ganar y convencer. No hay más.