El mercado laboral ha pasado de la hiperespecialización a valorar más capacidades como la creatividad o el liderazgo. Combinar áreas de conocimiento e interrelacionarlas es la clave para obtener una ventaja competitiva.

En su libro Fueras de serie, el ensayista británico Malcolm Gladwell popularizó la llamada teoría de las 10.000 horas, mediante la cual se establecía el tiempo necesario para dominar cualquier materia. Desde su publicación en 2008, sin embargo, el mundo ha cambiado de una manera vertiginosa, y con él el entorno laboral. La práctica y la constancia en un campo determinado siguen siendo valiosas, pero las necesidades del presente y las que se anticipan en el futuro se guían cada vez menos por la especialización en una única área y más en los conocimientos de varias.

Este nuevo paradigma se refleja en el informe anual que desarrolla LinkedIn sobre las habilidades que más demandan las compañías. Utilizando la información proporcionada por más de 20 millones de ofertas de trabajo en 2020, la plataforma nos indica que la creatividad, la capacidad de colaboración, la persuasión y la inteligencia emocional son las capacidades más demandadas en el mercado laboral actual, combinadas con otras habilidades específicas como el cloud computing o los conocimientos de blockchain. El profesional del futuro, por tanto, deberá ser capaz de pensar desde otras perspectivas que se salgan de un área de especialidad.

Un nuevo entorno laboral

En el mundo profesional reciente han incidido, como explica David Alayón, cofundador de las consultoras Mindset e Innuba, dos grandes ejes de cambio. “El primero tiene que ver con las llamadas habilidades blandas. Habitualmente, a la hora de contratar a alguien se tenían más en cuenta las habilidades duras, un conocimiento muy extenso sobre una materia muy concreta. En un mundo cada vez más cambiante se valoran más competencias como la capacidad de adaptación, el pensamiento crítico o las habilidades creativas, de liderazgo o comunicación”.

«EL EMPLEADOR CADA VEZ SE FIJA MÁS EN NUESTRAS HABILIDADES Y MENOS EN DE DÓNDE VENIMOS, PORQUE EL VALOR DE UN PROFESIONAL LO DA SU CAPACIDAD, NO LOS LOGOTIPOS QUE APARECEN EN SU CURRÍCULO»

VICENÇ ÁLVARO, DIRECTOR DE ESTRATEGIA DE TALENTO DE MANPOWERGROUP

El segundo cambio, apunta Alayón, tiene que ver con las propias transformaciones de las compañías. «Antes, las grandes empresas veían claramente dónde estaba su competencia, pero ahora casi todo el mundo puede ser competencia de cualquiera. Vemos casos de empresas que empiezan vendiendo libros y se convierten en uno de los principales competidores en el negocio de los servidores, o un motor de búsqueda que es ahora una compañía puntera en el sector de coches autónomos. Casi cualquier empresa, si tiene los ingredientes adecuados, puede introducirse en otros sectores, y eso hace que tengan que incorporar todo tipo de competencias».

Un nuevo escenario al que todavía estamos adaptándonos. «El último Estudio ManpowerGroup de Proyección de Empleo, de junio de 2021, afirma que el 64% de las organizaciones españolas tienen hoy dificultades para encontrar candidatos con las competencias técnicas y sociales requeridas», explica Álvaro.

Formarse para el futuro

Por tanto, si la visión de las grandes compañías cambia, la manera en la que sus trabajadores se preparan para desempeñar sus funciones, también. José Luis Antúnez, consultor especialista en estrategias digitales de sensa.co y director del programa de narrativa del Instituto Tramontana, señala un cambio de sensibilidad empresarial como causa.

«Suelo decir que los negocios son relaciones de confianza basadas en la construcción de incentivos y afectos. Las marcas cada vez tienen más conciencia y compromiso social. Eso requiere de personas con formación generalista y humanista que abrace la complejidad y entienda lo antropológico, lo político y lo social».

«YA NO VALE SOLO CON LOS CONOCIMIENTOS CON LOS QUE SALIMOS DE LA UNIVERSIDAD, SINO QUE TAMBIÉN TENEMOS QUE PERCIBIR LAS COMPETENCIAS MÁS DEMANDADAS POR LAS EMPRESAS».

ALEXANDRA HERNÁNDEZ, DIRECTORA DE TALENTO DE SANTANDER UNIVERSIDADES Y UNIVERSIA ESPAÑA

En este contexto, las divisiones habituales en las áreas de estudios ya no son la pauta a seguir. «Los graduados y postgrados son perfiles que salen muy formados de las universidades, pero, sin embargo, ahora mismo estamos en un momento de constante cambio que requiere una formación continua», comenta Alexandra Hernández, directora de talento de Santander Universidades y Universia España. «Ya no vale solo con los conocimientos con los que salimos de la universidad, sino que también tenemos que percibir las competencias más demandadas por las empresas. Algunos ejemplos son las transformation skills, conocimientos que permiten facilitar la transformación necesaria para la integración de soluciones digitales en las organizaciones».

En esa combinación de áreas de experiencia está el elemento diferenciador del mañana. «El currículo de una persona multidisciplinar te habla de flexibilidad, nuevos puntos de vista, capacidad de adaptación y creatividad, cualidades muy demandadas», afirma Vicenç Álvaro. «La empresa cada vez se fija más en las habilidades profesionales, y venir de un área distinta puede ser un valor añadido. Es interesante fijarnos en la transferencia de competencias desde un puesto a otro o incluso de un hobby al trabajo. Casi sin darnos cuenta estamos desarrollando habilidades cada vez más demandadas por el mercado, y esas capacidades ya no están marcadas en ‘ciencias o letras’, sino que son combinaciones de ambas».

CONOCIMIENTOS HÍBRIDOS

«Se suele decir que, si solamente tienes un martillo, al final ves todos los problemas en forma de clavos. Cuanto más grande sea la caja de herramientas que tengas, más ventaja vas a tener… Hay profesiones que, en el entorno de la empresa, han estado un poco denostadas, como los filósofos o los sociólogos, pero que se han abierto a múltiples campos como la inteligencia artificial o la edición genética».

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