Cruz Azul es sin duda el mejor equipo de lo que de este Apertura 2018, una primera mitad de momentos brillantes, partidos consagratorios y donde han encontrado aquello que tanto necesitaban en otras temporadas y hasta años: estabilidad.
Pocas veces el cuadro cruzazulino se había visto cobijado con hombres dedicados al trabajo deportivo, y aunque la frase demerita a grandes técnicos por sus filas, pocos han tenido la capacidad de cambiar la mentalidad en el interior como lo han hecho Pedro Caixinha y Ricardo Peláez.
El proyecto Cruz Azul los tiene a ellos como estandartes y sea un fracaso o no, lo conseguido hasta ahora habla bien de sus sistemas de trabajo, los cuales ya conocíamos, pero no estábamos seguros que funcionaran en otros entornos.
Comenzando con el caso de Caixinha, mostró grandes cosas con Santos Laguna a quienes hizo campeones con un plantel más limitado que el que ahora tiene, lo que lo llevó a ser visto por el futbol europeo y aunque su paso por el Rangers no fue destacado, no tuvo mejores o peores resultados que otros en el puesto.
En el caso de Ricardo Peláez, con América nos mostró que era algo más que la dupla perfecta de Enrique Bermúdez en el videojuego FIFA. Al igual que su futbol, es un ofensivo que espera, sabe atacar, defiende sus posiciones y asiste cuando es necesario.
Su trabajo en selección también es recordado por la forma en que controló el carácter más que explosivo de Miguel Herrera en aquellos tiempos.
Con la mitad más interesante del torneo por delante, Cruz Azul es el gran favorito y su primera arma para ese puesto de honor viene a diferencia de otros años desde su parte más profunda.
Por: Julio Sánchez