La selección de Estados Unidos enfrenta un momento de incertidumbre en su camino al Mundial 2026, torneo en el que será anfitriona junto a México y Canadá. La reciente derrota en la final de la Copa Oro ante Panamá encendió las alarmas en la afición y la prensa especializada, ya que se esperaba que el equipo estadounidense mostrara autoridad en su región. A pesar de contar con jugadores que militan en Europa, el equipo dirigido por Mauricio Pochettino no logró imponer condiciones y volvió a dejar dudas en cuanto a su funcionamiento colectivo.

Diversos analistas y periodistas como Herculez Gomez y Taylor Twellman han señalado que el equipo carece de una identidad clara de juego y que la selección sigue dependiendo en exceso del talento individual de figuras como Christian Pulisic o Weston McKennie. De cara a 2026, la presión será enorme: no solo por jugar en casa, sino porque se espera que esta generación logre al menos una semifinal histórica. Por ahora, el panorama está lejos de ser ideal.

Durante sus amistosos el USMNT enfrentó resultados mixtos: derrotas ante Turquía y Suiza, incluyendo un contundente revés 4‑0 ante los europeos, contrastaron con un inicio esperanzador con dos victorias en enero (3‑1 ante Venezuela y 3‑0 ante Costa Rica). La Copa Oro, sin embargo, permitió la integración de jóvenes como Diego Luna, Patrick Agyemang, Malik Tillman y el portero Matt Freese, quienes destacaron en medio de un plantel alternativo y exhibieron talento que apunta al futuro del equipo