El día de ayer, hablaba con mi novia sobre lo que es ser una persona profesional, y en ese momento, salió a relucir la frase: “Las cosas caen por su propio peso”, definitivamente, esto es lo que le ha sucedido tanto al Ex – Presidente de la FIFA, Joseph Blatter, como al Ex – Presidente de la UEFA, Michel Platini, tras el fallo emitido por el Comité de Ética de la FIFA.

Más allá de hablar acerca de los artículos violados por Blatter y Platini, y de las multas irrisorias impuestas a cada uno, la realidad es que hemos perdido la cabeza, hace no muchos años, el fútbol, eran 22 jugadores en el campo y un balón de cuero, que su única función era transmitir alegría y pasión a la grada, poco escuchábamos hablar de escándalos, corrupción y política, ¿en que momento el fútbol se volvió más que fútbol?, ¿es por qué nosotros, los aficionados decidimos que fuera así?, ¿tenemos la culpa de que la FIFA tenga más países afiliados que la ONU?.

Hoy, 21 de diciembre, somos testigos nuevamente de otro Fifagate, todos los medios nacionales e internacionales escriben: “Platini, apoyó al suizo en su relección para un cuarto mandato al recibir un pago de 2 millones de dólares”, “FIFA suspende a Blatter y Platini por 8 años”. ¿Como es posible que los dos dirigentes más poderosos del máximo órgano futbolístico del mundo fueran suspendidos?

Tal vez, está Navidad sea una de las más tristes en la historia del fútbol, y no sólo por la sanción impuesta a estos dos personajes, si no, por la forma en que Joseph Blatter se manifestó ante la pregunta de un reportero: “Esto me entristece, no puedo continuar así, no es posible. Después de 40 años, no puede concluir de esta manera… estoy luchando para proteger mis derechos”, una declaración de impotencia ante una resolución dictada por el yugo de otro poder que también debería de ser investigado.

Lo cierto, es que al día de hoy, no existen bases sólidas que demuestren si realmente Blatter y Platini  son culpables, como tampoco las existen para saber si no lo son, la única realidad latente, es que el fútbol ha dejado de ser fútbol para volverse una lucha de intereses y un negocio regulado por una minoría que utiliza este deporte para tintes políticos y económicos.

Los dejo con esta frase de leyenda de Joseph Blatter: “Hay mucha esclavitud en el fútbol”.