La fecha era 16 de junio, Alemania 2006, ‘La Albiceleste’ jugaba su segundo partido de la Copa Mundial contra la selección de Serbia y Montenegro. Minuto 88’; Tévez recibe el balón en el tercer cuarto del campo, elabora con Crespo en jugada de pared para descargar a la banda derecha con el número 19, quien remató al palo del portero y ponía el 6-0 y el gol que sellaba el triunfo de Argentina. Un joven, desconocido para algunos, llamado Lionel Andrés Messi Cuccittini debutaba en el mundial con gol y asistencia. El Veltins-Arena de la ciudad de Schalke era testigo del comienzo de una deuda que se pagaría 16 años, 6 meses, y 2 días después.
El 18 de diciembre de 2022 en el Estadio Icónico de Lusail de Qatar, Lionel Messi saldó la deuda que debía. Pero ésta no era con el pueblo argentino que le dio la espalda al perder la Copa América; ni con la prensa deportiva internacional quienes crearon, desde el inicio de su carrera, una campaña mediática de enfrentamiento y una eterna comparación con cierto astro portugués; ni con sus compañeros de selección o sus fans o detractores, ni siquiera con su familia.
La deuda era consigo mismo, con su carrera y su legado; y con la camiseta que defendió en cinco copas mundiales, con la que jugó 26 y anotó 13 goles. Con la que sufrió dos caídas en cuartos de final, una en octavos, la derrota ante Alemania en la final de 2014 y, finalmente, con la que se coronó campeon vs Francia. Lionel Messi se despide de las justas mundialistas como sólo un jugador de su categoría lo merece, como flamante campeón del Mundial de Qatar 2022 en uno de los mejores finales partidos que se han visto en la historia de este bendito deporte.
La hazaña, en sí misma heroica, se vuelve de tintes legendarios al haber sido, a sus 35 años, pieza clave de su selección durante todo el torneo, incluso llegando a “echarse al hombro” a un equipo que en fase de grupos generaba más dudas que certezas pero que en todo momento y cuando más lo necesitó supo contar con su 10.
Seguramente hayamos visto el último partido del astro rosarino en copas mundiales, pues a sus 35 años y con el máximo objetivo ya cumplido, puede heredar el peso de su selección a las nuevas promesas que, como él, ya mostraron a corta edad un tremendo nivel y carácter de líder en el evento deportivo más importante (ahí vienen Julián Álvarez y Enzo Fernández).
Talvez este campeonato ayude a asentar el debate de quién es el mejor futbolista de la historia (probablemente no), esa es decisión de quien lea esta breve nota. De lo que podemos estar seguros es que la deuda que tenía Leo consigo mismo ha sido una de las mejores historias que se han escrito en el deporte, y no pudimos pedirle un mejor para esta búsqueda que comenzó dieciséis años atrás.