El portero siempre ha sido la antítesis de lo que nos gusta del fútbol, el culpable de ahogar el grito de gol, la máxima felicidad del aficionado. Sin embargo, hay quienes también nos roban suspiros, arqueros que en cada lance y atajada crean un recuerdo, el cual nos deja halo de admiración, uno de ellos fue un italiano, llamado Gianluigi Buffon.

Debutó en el Parma, pero fue en la Juventus, donde se convirtió en el eje del equipo que ganó 10 títulos de la Serie A. Permaneció en el club tras el escándalo “Calciopoli” en 2006, que derivó en el descenso a la Serie B. Ahí, conos Bianconeri salió campeón de la segunda división para consagrarse un año después en el Mundial de Alemania.

Ese 2006 fue el pináculo de la carrera de Buffon. En el mundial apenas encajó dos goles en la marcha de los Azzurri para alzar la copa. Ninguno de esos goles fueron anotados en jugadas armadas por sus rivales. Uno fue un autogol de su compañero Cristian Zaccardo y el otro un penal ejecutado por Zinedine Zidane durante la final.

Su único pendiente fue ganar un título de la Liga de Campeones. Salió derrotado en las tres finales que disputó en toda su carrera: ante el Milan en 2003, el Barcelona en 2015 y el Real Madrid en 2017. Aún así Buffon es uno de esos jugadores que ha tocado la gloria en el fútbol, que ha escrito su nombre en las páginas de historia de este deporte.