De poco, de muy poco sirvió el esfuerzo de todo el plantel camotero en su debut en Copa Libertadores, de poco sirvió el desgaste físico y la mejor actuación del «chavo» Alustiza en lo que va del año. Racing remontó en dos ocasiones y se fue de México con un empate de oro y dos goles de visitante que lo ponen en ventaja.
El fútbol no es sólo números, es cierto, pero nos ayudan a entender el desarrollo de un juego. Anoche Puebla fue superior, mucho, pero no lo pudo plasmar en el resultado final.
#RacingPuebla Los números del estreno en la #CopaBridgestoneLibertadores. Vía @DataFactoryLA pic.twitter.com/b5u2kNfvVx
— Racing Club (@RacingClub) February 4, 2016
La Copa Libertadores es un punto y aparte dentro del fútbol, se juega diferente, se vive diferente. No obstante, ningún equipo mexicano ha podido salir campeón libertador.
Se necesita más garra, maña, desgastar al rival a espaldas del árbitro los 90 minutos, se necesita hacer saber al equipo rival quién es el local y por lo tanto, el que manda en el campo de juego.
Con la ventaja de 2-1, todo parecía inmejorable para La Franja, parecía cuestión de tiempo para marcar el tercer tanto. Racing llevó a Puebla al terreno de la disputa física, así lo acostumbra y ahí, primero desesperó al cuadro poblano y luego los venció.
Y para el que crea que miento cuando digo que esa fue la clave del partido, falta ver las desconcentraciones que tuvo la zaga poblana a lo largo del partido para darse cuenta que el desgaste provocado por Bou, Milito, Romero y compañía surgió el efecto deseado.
Así es el fútbol, Puebla dio quizá su mejor partido del año y aún así no le alcanzó para vencer a la Academia.
La serie continúa el siguiente miércoles, a Racing le basta con empatar hasta por dos tantos, Puebla necesita conseguir la victoria. Y ahora sí, prepárense para un ambiente hostil, un arbitraje tendencioso, y una plaza convertida en un fuerte.
Sin afán de exagerar, si Puebla califica a la fase de grupos de la Copa Libertadores habrá alcanzado su primer gran meta en este 2016.