A veces los villanos también pueden ser héroes, y en el caso de Luis Suárez, jamás olvidará el 2 de junio del 2010, cuando fue el héroe salvador de Uruguay, pero el terrible verdugo de Ghana.

El Soccer City de Johannesburgo se abarrotó hasta el techo para ver los cuartos de final entre Uruguay y Ghana, que buscaba el milagro y clasificar a unas semifinales del mundial por primera vez en su historia.

Luis Suárez es probablemente uno de los mejores delanteros en la historia del futbol, sin embargo, hace casi 12 años, no fue un gol lo que lo puso en los mapas, sino una atajada.

A escasos segundos de que el primer tiempo concluyera, Ghana y toda África celebraron el 1-0 cortesía de Sulley Muntari, que puso a todo el continente a soñar con la hazaña. Sin embargo, el mítico Diego Forlán se hizo presente al 55′ poniendo el empate tras un golazo de tiro libre.

Los 90′ reglamentarios fueron historia, 1-1 y se jugarían los tiempos extra, donde los africanos aprovecharon el apoyo del público y su poderío físico para intimidar a una Uruguay que se plantó muy bien atrás.

Minuto 120, un tiro libre a favor de Ghana fue cabeceado por John Mensah, que se enfrentó a Fernando Muslera en un choque que dejó el balón muerto para el inminente gol de Stephen Appiah, pero apareció Luis Suárez para salvar el gol en la línea rechazando el balón con el pie, pero dejando la bola servida para que Dominic Adiyiah marcara de cabeza, sin embargo, otra vez Luis Suárez evitó el gol, pero esta vez con su mano, lo que terminó con su expulsión y un penal en favor de Ghana.

Suárez lloraba, decía adiós a la Copa del Mundo, el destino de Ghana y toda Africa dependían del mejor jugador de dicha selección, Asamoah Gyan; Suárez, que se encontraba llorando desconsolado, se quedó en la puerta del vestidor para observar el penal que marcaría el fin de su aventura mundialista; sin embargo, sus lágrimas de impotencia se convirtieron en gritos de felicidad, ya que contra todo pronóstico, Gyan estrelló el balón en el poste, culminando con los 30 minutos adicionales y mandando el partido a los penales.

En los penales, fue «el loco» Sebastián Abreu el que marcó el tanto definitivo a lo panenka, mandando a Uruguay a las semifinales y a Ghana a casa. Tras el partido, se le preguntó a Abreu sobre si «se sentía el uruguayo más importante del mundo», a lo que «El Loco» respondió de forma clara «el uruguayo más importante del mundo es Luis Suárez»