Algunos especialistas advierten que para que esto pueda suceder se necesita que el 70% de la población mundial sean vacunados con las vacunas contra COVID-19.

Para lograr el objetivo se necesitará vacunar a los principales agentes de contagio, en este caso, niños y adolescentes por lo que este año parece casi imposible, así que no, este año no será el bueno.

La principal razón es que no existen garantías que garanticen que la vacuna sí sirve para generar anticuerpos en los grupos de estas edades según la especialista Gloria Huerta García en un webinar que organizó la Escuela de Medicina Dr. José Sierra Flores de la Universidad del Noreste de Tampico.

¿Regresaremos a la normalidad de 2019?

La respuesta, según la especialista, es sí, pero no será pronto, ¿El motivo? se necesita más del 70% de la población mundial vacunada y estamos muy lejos que eso ocurra.

«Se necesita vacunar niños y embarazadas, ya que terminen los estudios en todas las edades se va a lograr ese porcentaje; aún falta para ello, claramente 2021 no va a ser el año en que regresemos a la normalidad».

Gloria Huerta García

¿Quién debe tener primero la vacuna?

Según los estudios realizados, los niños, adolescentes y adulto jóvenes son los principales transmisores, aunque los mismos son los de menor posibilidad de sufrir complicaciones en su salud.

«Dada esta dinámica, si una vacuna resulta eficaz para todas las edades, incluyendo niños, es mucho más efectivo vacunar a esa población altamente transmisora para limitar la pandemia».

Gloria Huerta García
  • Si alguna vacuna ya hubiera estado probada en todas las edades, se tendría que empezar por los menores, lo cuál sería la mejor estrategia, caso contrario a lo que se está aplicando en todo el mundo.

» Con eso se disminuiría altamente la posibilidad de complicaciones en grupos de alto riesgo. La dinámica de quien se tiene que vacunar primero depende mucho del producto y de la dinámica de transmisión de este virus y para que nos permita una vida normal tendríamos que vacunar a los principales transmisores, esto claramente no va a pasar porque es una vacuna nueva, todavía no hay ensayos en niños y menores de 18 años».

Gloria Huerta García

Basado en lo anterior, la inoculación ( Introducir en un organismo una sustancia que contiene los gérmenes de una enfermedad), se tiene que enfocar en adultos mayores debido a su alta posibilidad de complicaciones de salud, a su vez, el personal médico que se encuentra en la ‘primera línea de batalla’, recordar que es el grupo con mayor número de muertes.

Recalcó que «se debe confiar en las vacunas, y hay que ver cuál es la más eficaz cuando se tenga una producción masiva. Han cambiado los paradigmas y eso hace que sea muy esperanzador».

La clave para terminar con la pandemia

Inoculación, esa es la clave para terminar con la pandemia y se debe de garantizar un acceso equitativo y justo; quienes presenten posibles efectos adversos deberán de informar de inmediato.

  • Mencionó que la vacuna que se está aplicando sí protege de la variante británica del covid y se estudia si también de la sudafricana.

Gloria Huerta pidió a aquellos que ya han tenido el virus que no se confíen porque la inmunidad natural no es permanente, existen reinfecciones y pueden llegar a ser más graves.

En la mayoría de los países de Latinoamérica se está dando prioridad a los trabajadores de la salud en la vacuna y como segundo grupo los adultos mayores; «Es importante respetar las prioridades».

Aprovechó para señalar que el COVID-19 no es la principal razón repentina para el gran desarrollo en cuanto a tecnología de vacunas, aunque si ‘ayudó’ a acelerar el proceso.

» la ciencia es la luz al final del camino y no es que se estén inventando situaciones nuevas, son estudios que llevan años de investigación científica».

Gloria Huerta García

En la actualidad, se tienen 300 vacunas en desarrollo, nueve de características diferentes en las plataformas y 42 en alguna prueba clínica.

Para concluir dijo:

«La vacunación, agregó, ha cambiado el rumbo de la humanidad, y después del agua potable es la medida de salud pública que más vidas ha salvado. «Por año evitan tres millones de muertes y más de 750 discapacidades».

Gloria Huerta García