No, no puedes defraudar a un estadio lleno.

No, no puedes empatar contra el penúltimo lugar de la tabla general.

No, no puedes renunciar al balón y dejarte alcanzar por el único equipo que no ha ganado en la temporada regular.

El Puebla de la Franja desperdició  la tarde de este domingo  la oportunidad de afianzarse entre los cuatro mejores equipos del torneo  regular y peor aún lo hizo renunciando una vez más al estilo de juego que la temporada pasada los regresó a una liguilla después de seis años .

 Es cierto, el empate es amargo, sin embargo resulta con peor sabor  ver que la franja renuncie a la tenencia del esférico.  Ayer no se empató por jugar contra un equipo mejor, se empató porque Pablo Marini y su cuerpo técnico regalaron el partido a unos tiburones rojos que en el primer tiempo brillaron por su ausencia, echó al equipo atrás, renunció a la posesión del balón, alargó al equipo y escogió en el  contragolpe la técnica errónea para liquidar el encuentro.

 Parece  que en la búsqueda de asegurar el resultado se ha optado por meter la mayor cantidad de hombres posibles en la defensa y dejar de lado el estilo de juego que caracterizó los buenos partidos de este equipo, sucedió contras Dorados, contra Santos la semana pasada y en la última jornada contra Veracruz.

Resulta fundamental que Francisco Torres, Luis Robles y David Toledo encuentren de nuevo el ritmo de juego que ayudó a los camoteros a pensar en la liguilla y olvidar de una vez por todas los temas de descenso.

Con el empate de la fecha 9, el cuadro de la angelópolis, dejó ir un partido que en el papel parecía ganable, en las próximas dos jornadas enfrentará a dos equipos que sin duda pueden poner el panorama del equipo color de hormiga; el próximo sábado visitando a un Cruz Azul enrachado y una semana después recibiendo a los Tigres de Gingac y compañía.