Muchos creen que el arte y la ciencia son cosas separadas. No podrían estar más equivocados. De hecho, cuando la música y la ciencia se juntan, suceden cosas increíbles. Y es que al final del día, lejos de ser disciplinas excluyentes, son complementarias.

La ciencia inspira al arte y el arte inspira a la ciencia. Es y siempre ha sido así. Ambas parten de la curiosidad y del increíble proceso creativo del ser humano. Einstein tocaba el violín, el guitarrista de Queen, Brian May, tiene un doctorado en astrofísica.

La ciencia y la tecnología han inspirado cientos de canciones a lo largo de la historia, pero también han inspirado portadas de discos, algunos de ellos icónicos.

Estas son algunas de las mejores portadas de álbumes inspiradas en la ciencia:

En el apogeo de la popularidad de Pink Floyd en la década de 1970, las portadas de álbumes y la iconografía visualmente atractivos de la banda británica complementaron la genialidad de su sonido y generaron una revolución en el arte musical. En ninguna parte, el poder del atractivo visual de Pink Floyd es más evidente que en la portada de The Dark Side of the Moon, lanzado en 1973. The Dark Side of the Moon no es solo uno de los mejores álbumes que se haya hecho, su portada se convirtió en un ícono visual para la banda, creando un antes y un después de lo que una portada puede significar.

Los genios creativos de la portada de The Dark Side of the Moon, son Aubrey Powell y Storm Thorgerson, quienes son también responsables de crear algunas de las portadas de discos más memorables del rock, como la de Houses of the Holy de Led Zeppelin.

La icónica portada del álbum debut de Joy Division presenta un extraño patrón en blanco sobre negro que ha aparecido en un millón de camisetas desde 1979. Pero, ¿cuando te pones tu playera, sabes qué es realmente este patrón? La portada de Unknown Pleasures de 1979, es quizás la imagen más duradera de la era del post-punk, y esto no es ninguna casualidad. 

El dibujo lineal blanco sobre negro evocó muchísimo misterio en aquellos tiempos. En esos días previos a Internet, la información sobre Joy Division era escasa: los nombres de la banda no aparecían en el registro y no había forma de que las fotos de los músicos aparecieran. ¿Qué simbolizaba la enigmática forma de onda?, se preguntaron millones de personas al escuchar “Disorder”.

El primer lanzamiento del álbum de The Strokes Is This It del 2001, presentó una fotografía de la cadera de una mujer desnuda, con una mano enguantada de negro que descansa sobre ella de manera sugestiva, y ha sido aclamada como una de las mejores portadas de álbumes de todos los tiempos. Sin embargo, para el lanzamiento estadounidense del álbum unos meses después, la banda decidió reemplazar a la mujer con una fotografía psicodélica de las huellas dejadas por partículas subatómicas en una cámara de burbujas.

Si vamos a hablar de discos con portadas de ciencia, tenemos que poner aquí a la fuerza a The 2nd Law de Muse. Este es el sexto álbum de estudio de la banda británica lanzado en el 2012. El nombre de esta chulada de disco se refiere a la segunda ley de la termodinámica, y la portada del álbum presenta un mapa de las vías neuronales del cerebro humano, que se tomó del Proyecto Human Connectome.

Literalmente estas vías neuronales son nuestro cableado. Gracias a ellas podemos funcionar, movernos, pensar, sentir y realmente todo lo que nos hace ser nosotros. Una vía neural conecta una parte del sistema nervioso con otra mediante haces de axones llamados tractos. El tracto óptico que se extiende desde el nervio óptico es un ejemplo de una vía neural porque conecta el ojo con el cerebro.

Para iniciar el milenio de la mejor forma posible, Pearl Jam lanzó su sexto disco de estudio titulado Binaural. Este disco, además de presentar a Matt Cameron, ex baterista de Soundgarden como su nuevo miembro, y joyas como “Light Years” y “Thin Air”, también presentó una portada completamente adueñada por el espacio.

La portada de Binaural, que parece representar un ojo azul-verde rodeado de varios círculos translúcidos, es en realidad una imagen de la Nebulosa Reloj de Arena, ubicada a unos 8,000 años luz de distancia de la Tierra, que fue fotografiada digitalmente por el telescopio espacial Hubble de la NASA en enero de 1996. Se piensa que la forma de la Nebulosa Reloj de Arena se produce por la expansión de un viento estelar rápido dentro de una nube en expansión lenta, que es más densa cerca de su ecuador que sus polos.