Durante mucho tiempo he querido escribir sobre Cruz Azul, como todo apasionado del futbol mexicano y de la liga, el tema cruzazulino es uno interesante de tocar, el tiempo que ha pasado sin un campeonato es ya increíble debido a las oportunidades que ha tenido para coronarse.

Cuando intentas hablar de Cruz Azul, es difícil no tocar el tema de lo no controlable, de lo escéptico, de la suerte y de las maldiciones, ya que parece que su situación ha superado la lógica.

En una temporada con la llegada de buenos refuerzos y de un técnico con una idea diferente alejado de nuestro futbol, porque todo sigue igual, porque no hay cambio, dónde está ese nuevo Cruz Azul, dónde está esa revolución que iba a llegar al cuadro cementero…

Difícil es explicarlo, su situación comienza a ser comparable a otras grandes historias del deporte, la mala racha de los Cachorros de Chicago y de los Boston Red Sox, o de la ciudad de Cleveland en Estados Unidos que no había conseguido un solo título profesional, o aquí como el de la cancha de Querétaro donde hasta hace unos meses por fin un campeonato pudo celebrarse.

Encontrar explicaciones en la razón se ha convertido ya imposible para un equipo que tiene ocho encuentros sin ganar y que increíblemente ya se encuentra en el descenso, simplemente el Cruz Azul está maldito.

Las malas decisiones, los años de dejar en manos de cualquiera el equipo, de las irresponsabilidades al dejar al equipo por su propio camino, de pleitos internos y de proyectos gastados. Esa es la única forma en que una maldición llega a un equipo, la falta de compromiso cuesta en el futbol y en cualquier proyecto, y Cruz Azul es el mejor ejemplo de la vida.

Cruz Azul está maldito… porque así lo ha querido.

Por: Julio Sánchez