Mariana González | La Neta Futbolera Network

Santos y Necaxa entraron a la cancha en medio de la soledad, pues cada uno de los 30,000 asientos que componen el Estadio Corona, se encontraban vacíos. Sin gritos, porras o cantos para los jugadores. Solo una camiseta gigante de los locales era el símbolo para recordar a todos los aficionados que no pudieron asistir al encuentro como medida de seguridad por la actual enfermedad que aqueja a todo el mundo: el coronavirus.

El grito de los técnicos que daban instrucciones a los suyos y el sonido que emitían las cámaras fotográficas de los pocos medios presentes, formaron parte del ambiente serio en el recinto que disputó su primer encuentro a puerta cerrada. Pues cabe recordar que solo el Coloso de las Carolinas, antiguo estadio de los Guerreros, había presenciado una acción similar en la jornada 16 del Clausura 2009 debido a una contingencia ambiental.

En el arranque del partido, los Guerreros quisieron ser los primeros en dar un golpe de autoridad. Un tiro libre cobrado por Brian Lozano al minuto 4 llegó a Hugo Rodríguez, quien peinó la pelota para guardarla en el fondo de las redes defendidas por Hugo González. Sin embargo, desde la banda el árbitro asistente, atento a la jugada, levantó la bandera en referencia a una posición adelantada por parte del zaguero.

Pero lo anterior, no impidió que los dirigidos por el uruguayo Guillermo Almada continuaran insistiendo hasta lograr abrir el marcador; siete minutos después, de nueva cuenta tras una jugada similar a la anterior, Hugo Rodríguez aprovechó un rebote para pegarle al balón con la derecha y marcar el 1-0. El primero del torneo para el defensa y un gol que aportó confianza al equipo para que buscara más opciones de peligro.

Aunque después de la alegría llegó una tragedia que les borraría la sonrisa a los albiverdes. El delantero de los rayos José Cobián atacó al área para tratar de conectar con Mauro Quiroga, pero el defensa central Félix Torres se anticipó con una barrida y terminó por anotar en su propio arco. Las caras de frustración en los locales no pasaron desapercibidas, mientras que Almada se mostró incrédulo ante la situación desde el banquillo.

La ausencia en las gradas era evidente. Los minutos transcurrían y las emociones del partido se fueron desvaneciendo para dar paso a las dos primeras tarjetas preventivas del partido: primero, el juez central pintó de amarillo al contención lagunero Ulises Rivas y, enseguida, amonestó a Ricardo Chávez de los Hidrorayos. Y sin más acciones destacadas se pitó del final de la primera mitad, para que los 22 jugadores se fueran a los vestidores.

NECAXA INTENTA, PERO NO PUEDE

Tras el descanso, se dio inicio al complemento. La dinámica parecía ser la misma, pues Santos no quiso esperar para intentar acrecentar su ventaja en el marcador por conducto de Emilio Orranta, pero el “charal”  no fue preciso al tocar la pelota en el área chica y terminó por volarla. Guillermo Almada se llevaba de nueva cuenta las manos al cabeza, sorprendido por la falla.

Justo cuando el partido parecía dominado por los Guerreros, una maravillosa jugada por parte de José Cobián encendió las alarmas en la defensa verdiblanca, pues el jugador arrancó desde el extremo izquierdo, venció a Hugo Rodríguez, se quitó del camino a Josecarlos Van Rankin y esquivó la barrida de Emilio “charal” Orrantia para mandar un pase a Mauro Quiroga. Pero éste último no pudo terminar la jugada. Aunque esa era una señal de que Necaxa comenzaba a despertar.

Con el reloj en el minuto 58, el timonel charrúa realizó la primera modificación al darle oportunidad a Diego Valdés, quien entró a la cancha por «Lalo» Aguirre quien en esta ocasión no pudo contribuir en la cuenta de goles. Pero el cambio dio buenos resultados, no sin antes recibir otro susto del rival, ya que Necaxa quiso romper el empate y armó un contragolpe en el que Jonathan Orozco se pintó de héroe tras salir a achicar un disparo de Juan Delgado.

El duelo se tornaba intenso. Los Rayos tomaron confianza y empezaron a generar más peligro, al mismo tiempo de mostrar una defensa más sólida. Aunque no fue suficiente, ya que un contragolpe de los Guerreros terminó por poner el 2-1 en la pizarra, cuando Julio Furch casi derribado en el pasto pudo conectar con el recién ingresado Diego Valdés, mismo que entre tres defensas rivales mandó un pase raso a Brian Lozano para que éste concretara la jugada al mandar la pelota entre las redes (69’).

La insistencia prevalecía. Sosa quería por lo menos equilibrar la balanza para dividir puntos con Santos y Mauro Quiroga era el más interesado en cumplir con la encomienda. Es por eso que al minuto 83, con el objetivo claro de ir tras el gol, Yerko Leiva abandonó la cancha y en su lugar ingresó Luis Madrigal. Pero los planes volvieron a cambiar cuando Claudio Baeza, contención de los electricistas, recibió su segunda tarjeta amarilla de la noche y salió expulsado.

Cinco minutos se agregaron en la recta final. El partido empezó a trabarse por las constantes faltas de los visitantes, pues con un jugador menos y el marcador en contra, la desesperación fue el principal enemigo. Al final el travesaño fue el salvador de los Guerreros, pues a escasos segundos del silbatazo final, Jesús Ochoa sacó un derechazo de larga distancia que pudo significar el empate. Sin embargo, después del susto, el árbitro dio el silbatazo final que le daba la victoria de 2-1 a Santos Laguna.

EL DATO DEL PARTIDO

Santos sumó su partido 22 sin perder como local, los cuales se desglosan en 16 victorias y 6 empates.