El nacido en Azul Argentina, Matías de Jesús Almeyda, hoy técnico de Chivas, está semana aprendió lo que ser parte de la liga mexicana y de la peor forma.
Con un juego discreto pero efectivo, un 4-2-3-1 que explota de gran manera las cualidades de sus jóvenes por el juego de las bandas y la experiencia de sus piezas clave, Omar Bravo que parece tomar su tercer aire y Carlos Salcido en la contención en dónde más que correr hace uso de su gran colocación y manejo de juego.
El pasado miércoles al quedar campeón de la Copa Mx, Almeyda parecía haberse sentenciado, su triunfo más que su actuación ilusionaba a todos aquellos que dicen pertenecer a la “nación Chiva”, un campeonato que no se les daba desde el Apertura cuando vencieron a Toluca, que inclusive hizo declarar a Jorge Vergara que irían por la liga.
Pero era momento de ver precisamente a la liga, y darse cuenta que aunque sólo se había perdido contra Pumas, los 18 puntos conseguidos eran insuficientes para ilusionarse de tal manera, todavía pesaba el mal inicio del “Chepo”, y sumado a las victorias previas de Monterrey y Morelia una derrota costaría la parcial eliminación de Chivas, a pesar del partido pendiente antes Atlas en el clásico tapatío.
En el partido Chivas tras el gol de Fabián parecía relajarse, y fue en el arbitraje, que si bien afectó el desarrollo del partido, donde encontró la excusa perfecta para explicar la remontada de Dorados en los últimos 20 minutos. Almeyda con las emociones del encuentro pidió que se repitiera el encuentro, algo meramente imposible.
Chivas veía sus ilusiones destruidas y Almeyda aprendía que no siempre el tan irregular arbitraje mexicano va a estar de tu lado, las sentencias habían sido la mayoría favorables para ellos, y ahora con la primera en contra piden hasta reposiciones, por ganar la Copa, Chivas no se volvió el mejor equipo ni entró directo a la liguilla, o se salvó del descenso la nube de ilusión donde Almeyda puso a las Chivas se cae en pedazos.
Su juego efectivo terminó por fallar en el partido importante, las posibilidades de liguilla son escasas, y en el descenso ya están 6 puntos abajo de Puebla y de no conseguir un resultado positivo ante Atlas podrían quedar empatados en penúltimo lugar de la porcentual con Morelia, la realidad pega fuerte y esperemos sea una gran lección para el futuro de Almeyda en el equipo.
En esta semana hay receso de la liga, nos espera el inicio de las eliminatorias, Osorio con su convocatoria no se ha metido en problemas, la convocatoria de Ochoa no termina por afectar a nadie, pero dejemos que los partidos se jueguen para ya estar hablando de la actuación de la selección en la próxima columna.
