La bomba explotó, la ceniza que cubrió a toda la Angelópolis desde la madrugada de este Lunes 18 de Marzo parecía predecir la oscura tarde que viviría el Club Puebla.

Lo que hasta ayer en la noche eran rumores, este día se convirtió en realidad. Pablo Marini, el director técnico que regresó a La Franja a una liguilla después de 6 años, aquel que devolviera la ilusión a una de las aficiones más lastimadas en el fútbol mexicano se va del equipo camotero.

En el semestre futbolístico que se planteaba con mayor facilidad para el conjunto poblano por no jugar Copa Libertadores ni Copa MX y tener tiempo total para concentrarse de modo total en la Liga MX fue cuando vinieron los peores resultados.

Cierto es que el conjunto poblano se había convertido en una auténtica olla de presión que semana a semana acumulaba más rumores, malos resultados y filtraciones en medios de comunicación que lo único que provocaron fue la debacle del equipo.

Uno de los aspectos que más debe preocupar a la afición es la inminente ruptura de vestidor que existe en el equipo. A partir de la participación simultánea en Copa Libertadores y Liga MX, el que fuera entrenador, Pablo Marini, tuvo que dividir al conjunto y probar alineaciones que le dieran oportunidades de seguir con vida en ambos torneos probando así cuadros que no habíamos visto en ocasiones anteriores y que en muy pocos partidos dieron resultado.

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A partir de ese momento, la formación titular que Puebla presentaba para sus partidos se volvió una fiesta, metiendo y sacando jugadores sin que pareciera haber motivos de peso para hacerlo.

Quedan tres partidos para el cuerpo técnico que tome al equipo; y no es tarea sencilla. A pesar de saber que el equipo no llegará a liguilla haga lo que haga, no se puede perder de vista que los 7 partidos al hilo sin victoria tienen al equipo en el lugar 17 de la tabla porcentual nuevamente.

Lo que parecía un asunto del pasado, el descenso, hoy está más presente que nunca. Las buenas rachas de Chivas y Morelia obligan a Puebla a recomponer de manera urgente el rumbo del equipo y rescatar en los 9 puntos que le quedan por disputar la mayor cantidad posible. De seguir el rumbo actual, para el inicio del siguiente año futbolístico, Puebla podría arrancar como último lugar de la tabla porcentual.

Los encargados de recomponer el rumbo del equipo en estas jornadas restantes tendrán que tomar la difícil decisión de alinear a los jugadores correctos para la situación que enfrenta el equipo y devolverle a costa de lo que sea, la identidad que Puebla tenía al inicio de este torneo. Sin duda alguno de los grupos internos (uruguayos, argentinos o mexicanos) se sentirá perjudicado con el nuevo cuerpo técnico.

Para la directiva poblana es momento de buscar a un entrenador que al igual que lo fue Marini en su momento, de posiblidades al equipo de pensar en un proyecto a corto, mediano y largo plazo; de fichar a los jugadores que demuestren querer un lugar en el equipo y de dejar ir a aquellos que miran con ilusión la posible salida del cuadro camotero.

Luis Del Pino

@yosoydelpino