La Selección de Estados Unidos es la más laureada de la competencia

Mariana González | La Neta Futbolera

La década de los noventa significó una serie de logros importantes en el futbol femenil mundial, ya que después de que la Federación Internacional de Fútbol Asociación​ (FIFA)  hiciera oficial la Copa Mundial Femenina de Fútbol en 1991, cinco años más adelante esta rama fue incluida en una de las competencias más importantes: los Juegos Olímpicos.

Y es que, luego de la popularidad que comenzó a tomar el futbol femenil en diferentes países, el  Comité Olímpico Internacional (COI) tomó la decisión de incluirlo en la edición número  26 que se llevó a cabo en 1996 y tuvo como sede la ciudad de Atlanta, en Estados Unidos, participando un total de ocho selecciones divididas en dos grupos.

Lo anterior, tuvo una respuesta significativa por parte de los seguidores del balompié, quienes ante la novedad llenaron las gradas del Stanford Stadium que tuvo una entrada de 76,489 espectadores, donde la primera selección campeona fue Estados Unidos tras vencer a su similar de China.

Más adelante, el conjunto estadounidense se colgó otras tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, Pekin 2008 y Londres 2012, para convertirse en la más ganadora. Mientras que en Sídney 2000 y Río de Janeiro 2016, las selecciones de Noruega y Alemania se adjudicaron el oro entre sus palmarés.

LLEGA EL PRIMER GOL OLÍMPICO

Durante su participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, la centrocampista estadounidense Megan Rapinoe fue pieza clave para que su selección derrotara a Canadá en las semifinales al marcar dos goles en los minutos 54 y 70, de los cuales el primero fue un “gol olímpico”, que la convirtió en la primera jugadora que lo logra en dicho certamen.